jueves, 30 de abril de 2015

Resulta rentabilísimo -para aventajar a la corrupción, al doble juego y a la justificación injustificable- el inventarse dos realidades, dos verdades, dos planetas Tierra -dos mundos- y también dos bienes éticos. Entonces, se instalan en uno de ellos y mañana en otro, para que no los cojan por seguir manipulando o confundiendo.
El confundir es uno de los máximos instrumentos de crueldad (utiliza todo para unos fines privados, aberrantes o perversos).
Como no han encontrado alguna verdad -ya que requiere titánicos esfuerzos-, prefieren en flojitis y en mísera cobardía inventarse mentiras para, de seguido, negociar con ellas.
Muchos son proteccionistas del engaño -del "porque sí" conveniente- y, de ahí, va montándose una cultura que, por ser ya  interesada, solo a ellos beneficia directamente.
Por eso, crean -como medio- un dominio mediático tras conseguir aunar más poder ideológico, más poder financiero y más usurpación de recursos públicos.
Y como siempre utilizan el bien para el mal, eso es infalible. Es decir, cogen causas supuestamente éticas (porque para ser definitivamente éticas deben ser compatibles con las demás causas éticas. Sí, puesto que jamás una causa ética puede usarse para ayudar a una causa no ética). Por ejemplo, en TVE, en un mensaje ayudan al maltrato animal y en otro quieren ayudar al no maltrato a las mujeres. ¡Qué horror!, era la misma táctica de Hitler -o de cualquier humano muy cruel-: en un mensaje pedía la salvación de Alemania -¡qué bonito!- y en otro la limpieza étnica. 
ÉTICA ES: Jamás hacer congeniar una causa ética con otra que no lo es.

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