jueves, 16 de abril de 2015

El bien hay que hacerlo, nunca está ya hechoEl bien (de proteger al mismo bien: de quitar confusiones o, también, de desmontar el porque sí de tradiciones injustas y los prejuicios que destruyen los cimientos del mismo bien) te lo han hecho ya otros y, así, te lo encuentras ya hecho (solo queda por agradecer si tienes valor y alma)
Además, el que hizo el bien jamás puso excusas al hacerlo ni miedos (en cambio, tú sí todos los días); ni jamás puso excusas a la impotencia, falta de recursos y cansancios por la verdad y por el valor para no ser un cobarde que respeta, cede y se arrodilla ante el poder del mal
El bien y la verdad necesitan valentía, para no ceder a la sinrazón o a cualquier porque  dictador o fanático, no respetado arrodillamiento de miserable obediente, no cobardía.
Cuando la gente ayuda a la sinrazón (a los que confunden, a los que manipulan, a tanto pedante que no aporta nada, a vividores a costa del sudor del otro, a frívolos que ningunean las injusticias, a oportunistas que no demuestran nada, etc.), YA HAY MÁS SINRAZÓN EN EL MUNDO Y MENOS BIEN, MENOS CONSTRUCTIVIDAD O APORTACIÓN DEMOSTRADA DE BIENQue no diga nadie que no es responsable de eso, no, nunca, que no es responsable de la realidad, ésa precisamente que heredarán todos y sus hijos (lo peor es que siguen y siguen ayudando a la sinrazón y, luego, se convencen a autoengaño o a egoísmo de que es eso algo ético).

El que pisotea los derechos humanos puede, algún día, darse cuenta de su error y ya no pisotearlos (porque tenía unos valores equivocados) pero, el que anula o se burla de los derechos humanos, nunca se dará cuenta de nada (porque no tiene valores, aplica vacío ético o el inventarse un bien él a sinrazón instalándolo a pillería). Esto último les ocurre a muchos ahora

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