martes, 29 de octubre de 2019

Muchos quieren quedar bien con todos: con el explotador, con el manipulador, con el corrupto, con el que odia al inmigrante, con el taurino, con el ateo, con el cazador, con el fanático de la patria y con todas las mentiras.
Sí, quedar bien con muchos es objetivamente ganar votos, premios, influencias, besitos en el culo, columnas en la prensa, no problemas, piropos, puertas abiertas por todos sitios, y un sin fin de evitar verdades.
Pero ¿qué pasa con el que tiene un deber total con la ética-verdad y lo cumple totalmente por su condición de ser bueno?, ¿qué pasa con él? (ésa es la pregunta del siglo). Pues que todos, todos, sí, que todos vosotros lo vetáis y lo fusiláis de inmediato, teniendo él que resistir, aguantar, agonizar,  enterrar lágrimas,   sobreexistir...
Exacto, eso nada más ha sido el resumen de la historia, que el que se guía por la verdad sin engaños y lucha por solo ella no cuenta jamás ni con agua entre tantos pillos y aprovechados que se mueven por todos los estamentos sociales, por todos los rincones de la sociedad o de Internet.   ¡Duele eso!