domingo, 20 de septiembre de 2015

OBEDECER  es aceptar, respetar (dejar como tal) o aprobar que lo que están haciendo debe seguir e incrementarse.
NO OBEDECER  es ya parar los pies a quien sea a favor de respetarte a ti mismo por tu dignidad y a favor de todo el posible bien (ya librado de la supeditación que tenga al mal)
Si un bien está supeditado al mal, es más mal que el bien que ya se ha librado del mal con una autodefensa reprobable (pues la no-violencia plena no existe, el ya pensarlo es algo irreal, estúpido o irracional).  La oveja del bien, para que realmente siga siéndola, obligatorio es que a por todas se proteja del lobo -¡lógico-.

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